La
vulnerabilidad de las personas en situación de calle no es un tema que debe
tocarse a la ligera, desgraciadamente en el ámbito cinematográfico hemos visto
el tema toca de maneras tan superficiales, como llenas de lugares comunes, es por
este que esta semana voy a hablar de una cinta, del cual la mención de su
director ya es en sí un sinónimo de calidad y crudeza.
La
película relata la historia de Omar, un niño de once años que necesita un
trasplante de retinas. Su madre, una educadora de adolescentes con abandono
social, busca desesperadamente salvar los ojos de su hijo, para lo cual
involucrará a Benjamín, un joven de la calle que se verá envuelto en la problemática
familiar.
Es
decir; que el tema central de la cinta es el tráfico de órganos que afecta de
manera directa a personas en situación de calle, un tema que yo por lo menos,
nunca me había plateado, pero que sin duda dejo muchas reflexiones al respecto
y que espero a ustedes también.
Una cinta que no desmiente su origen, pues denota el estilo que ya es característico del director, donde a través de un retrato crudo y cercano a la realidad se denuncia un tema tan fuerte y polémico. Recomendable como sus otras cintas tanto para concientizar, como para mover fibras en el espectador sin pecar de moralinos ni tampoco tomar postura.
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