La violencia de género, en este caso del género femenino esta presente en nuestra sociedad desde tiempos ancestrales, desgraciadamente este tipo de comportamientos se siguen promoviendo con el tiempo debido a la educación que incluso las propias mujeres inculcan en sus hijos, enseñándoles roles de comportamiento familiares como: que solo las mujeres pueden estar en la cocina, o incluso que los niños no pueden jugar con muñecas. Y aunque para muchos este tipo de comportamientos se perciben como arcaicos e inexistentes en una sociedad como la nuestra, la realidad siempre es otra.
Es por esto que en esta ocasión haré algo diferente en este espacio, y en lugar de recomendar una película para que la vean, podría decirse que recomiendo que no la vean, o si por azares del destino llega a sus manos, la observen con una postura crítica.
La película a la cual me refiero es “Cicatrices”, y aunque suene raro que hable de una película mala, es importante mencionar porque es mala.
Primero les digo de que se trata: Cicatrices del alma, o simplemente Cicatrices, es una película mexicana del 2005, dirigida por Francisco del Toro. La película está basada en los maltratos físicos y psicológicos del hombre hacia la mujer.
Julián y Clara son un matrimonio común que están sumergidos en una pelea diaria por demostrar quien tiene la última palabra en el hogar. Al principio fueron gritos, después insultos y agresiones mutuas, hasta la violencia física. Situaciones que llevaron a la pareja a ponerle un punto final a su deteriorada relación donde su pequeño hijo será quien se lleve la peor parte.
Hasta ahí todo parece
solo una película normal, lo malo es que después de ver las vejaciones de las
cuales es objeto la esposa, podemos ver el mensaje religioso en esta película
que por lo menos para mi me parece incoherente y perjudicial.
Es decir: de repente
dos personajes de soporte empiezan a aconsejar a los protagonistas que luchen
por su matrimonio, y no es que eso sea malo, el problema es que a la esposa le
dicen que tiene que aguantarse todos los maltratos de su esposo, que es parte
del matrimonio. Por supuesto no dudan en hacer hincapié en que actualmente los
matrimonios de los jóvenes se terminan muy rápido porque no hay una disposición
de entregarse a ese sacramento.
Y eso es solo un
pequeño ejemplo de lo que comienzan a promover en una cinta que además de un pésimo
guión, esta plagado de malísimas actuaciones.
Así que insito, si
pueden evitarla, háganlo, si ya la vieron pero no notaron nada extraño vuélvanla
a ver y si de plano la van a ver por morbo, no dejen de observarla de una
manera critica, es importante para que los mensajes que promueven este tipo de
comportamientos y educación en contra de las mujeres se termine.