Las películas que tocan
temas como la explotación sexual de niños, pocas veces logran trascender más
alla de la controversia del tema en sí, pero en esta ocasión recomendaré una cinta
que llama la atención no solo por la calidad de su manufactura y las estupendas
actuaciones, si no por la fuerza con la que retrata la cotidianeidad de un
pedófilo.
El filme al cual me refiero
es “Michael, crónica de una obsesión”, y que llega a las pantallas de nuestro
país, como todas las cintas de cine europeo, solo unos pocos días, esta cinta
es la ópera prima del actor austriaco Markus Schleinzer y describe la vida
cotidiana de Michael, un oficinista de 35 años, que tiene secuestrado a un niño
de diez años en el sótano de su casa.
Y es mi responsabilidad advertirles,
que aunque en la película no hay ninguna escena explicita, si es es un retrato
oscuro, sórdido, angustiante y frío sobre la pedofilia y la representación de
un personaje sin escrúpulos. Lo cual solo genera en el espectador una terrible
sensación de impotencia ante una historia tan impactante.
Tal ves lo que nos causa mas
aberración de lo mostrado en la cinta, es la posibilidad de que esto se
desarrolle en la casa de al lado, que lo haga nuestro compañero de trabajo,
nuestros amigos o nuestros conocidos, es decir; la película nos recuerda que
esto puede estar sucediendo en cualquier parte y puede ser ejecutado por
cualquier persona, sin importar lo amable, tranquilo o “normal” que parezca.
Ojo!!, este filme no da un
ejemplo de moralidad, no juzga, ni toma posiciones, simplemente retrata una
situación que genera en cada televidente una reacción diferente, que genera
preguntas sobre nuestro entorno social, las cuales tristemente: decidimos
ignorar diariamente.
Una cinta que será apreciada
sobre todo por los amantes del cine de autor, del cine de propuesta y por
supuesto del tipo de cine que propone temas de discusión, sin duda: ninguna
persona que la vea quedará indiferente ante ella.